¡Santiago era un cubanazo!

Carlos Daniel Carrillo

Por: Jennifer Zubizarreta Arias

Conversar con el Dtor. Eusebio Leal es observar a través de sus ojos la excepcionalidad de un país y de sus hombres. Conversar sobre el Santiago Álvarez que conoció, «de un heroísmo intelectual y una simpatía enorme», es constatar que nada se extravió, que «la nube negra» no pudo pasar, que la vida está en los labios de quien la nombra.

Su primer recuerdo conectado al cine.

«Mi primera memoria del cine está unida a un taller que se llamaba “Aspacia”, que era la propiedad del padre de Julio García Espinoza. Después, era un muchachito, cuando buscando empleo me fui como asistente de Teodoro Carrillo, Loro, una figura indispensable en la historia posterior del ICAIC. Loro sería el gran creador de la escenografía, maestro tapicero y con él yo trabajaba.

»Triunfa la Revolución y se crea el primer lugar al que vine a trabajar, que fue la antigua administración o el gobierno en la ciudad de La Habana, cuando no imaginaba que algún día me involucraría en la restauración de ese edificio y todavía no conocía al historiador de la ciudad de La Habana. 

»Rolando López del Amo¹ entonces director de extensión universitaria, crea una sección cinematográfca para jóvenes que querían conocer de la historia del cine, así que asistí a esa especie de cineclub. Fuimos al Rialto² a deslumbrarnos con el cine del realismo italiano, con el cine de los hermanos Taviani³, con el cine de Igman Bergman⁴, que precisamente en 2018 fue su centenario. 

»Fue ahí donde apareció el Noticiero ICAIC Latinoamericano que jugaba mucho con el tipo de cine que estábamos viendo. No era un cine en colores, sino en blanco y negro, un cine lleno de contrastes, lleno de matices, lleno de grandes fotógrafos y camarógrafos, y dentro de ese contexto, aparece el Noticiero.

»El Noticiero tenía una dinámica diferente a todo lo que habíamos visto antes, a lo que se veía en la televisión, a lo que antes del 59 se colocaba como noticiero para el cine. A veces, el nudo español⁵, por ejemplo. Ahora parecía una cosa que, por su naturaleza, era tan revolucionaria como el momento que estábamos viviendo: desde el movimiento de la cámara, desde los objetivos, hasta la inmensa humanidad de los personajes que aparecían en ella. Era como la crónica activa de nuestra vida cotidiana pero era, al mismo tiempo, la crónica del futuro. Esa virtud tenía el Noticiero

»Y ahí aparecía en determinado momento el nombre de Santiago, cuando yo estaba muy lejos todavía de acercarme intelectualmente a lo que sería después el mundo del ICAIC para mí, que fue también muy importante por lo que significa el ICAIC en la historia de la cultura cubana hasta hoy». 

La Habana en la obra de Santiago… ¿la vio él como la estamos viendo muchos de nosotros? 

«Él fue el cronista, como te decía, de la dinámica de la Revolución, fue el cronista de la vida y obra de Fidel, de la gran generación histórica. Fue la visión del despertar de las nuevas generaciones que era como asistir en un invernadero a la apertura de una flor, de una planta. Así se vio la inmensa manifestación de la alfabetización, el rostro verdadero del 

1–En esa etapa, se desempeñó como Director de la Comisión de Extensión Universitaria de la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana.

2–Antiguo cine cercano a la intersección de las calles Prado y Neptuno.

3–Vittorio y Paolo Taviani, directores y productores de cine italiano. 

4–Director sueco de cine, radio y televisión.

5–En narración, se refiere a lo que le ocurre al personaje principal de una historia. Concentra el problema al cual se enfrenta el sujeto, y la forma de resolverlo. El conflicto puede establecerse entre dos personajes y a partir de un hecho decisivo.

Ahí se vio la clase obrera intervenir directamente en la transformación de una sociedad, se conocieron también los grandes problemas de la lucha antimperialista que nacía por la agresión de Estados Unidos a la Revolución y que Santiago captó e inmortalizó en su obra de protesta.

»Quiere decir que él pudo mostrarnos lo que estaba ocurriendo en el seno de (esa parte de) la sociedad que no comprendía y agredía a la joven Cuba. Al mismo tiempo, nos llevó al escenario pavoroso de la guerra de Vietnam, donde los camarógrafos, y él mismo, corren el riesgo a fin de dar un testimonio epocal que es, para mí, insuperable.

»A partir de ahí, conozco a algunas de las principales personalidades del mundo del cine. Conozco a Julio (García Espinosa), conozco a Alfredo (Guevara) —precisamente, saludo a Alfredo por vez primera en la Habana Vieja cuando vino con Inge Feltrinelli⁶—, a Gabriel García Márquez —con quien hicimos una gran amistad hasta el final de su vida—, y desde luego a Santiago, con el cual tuve la oportunidad de dialogar tantas veces, hombre de una simpatía, de una honradez y yo creo que, de un heroísmo intelectual enormes. Era un hombre indoblegable en sus convicciones.

»Al mismo tiempo, era un maestro que tenía la ternura, la capacidad de comprender, la de enseñar y educar. Todo eso tenía y, a la vez, era un cubanazo, quiere decir, un cubano a todo, un hombre muy atractivo en todo el sentido de la palabra, con su pelo a esa altura ya blanco, con aquella dinámica que tenía Santiago, con su amplia sonrisa y, desde luego, tenía la gran generación del ICAIC. El ICAIC como amparo del Grupo de Experimentación Sonora, como amparo de Leo Brouwer, como punto de partida de toda una serie de iniciativas, no solamente cinematográficas, sino en el orden ético para la cultura cubana. Los grandes debates políticos y, por supuesto, la gran generación de cineastas entre los cuales todos fueron mis amigos, desde Pastor Vega y Deysi Granados hasta Manuel Herrera y Eslinda Núñez, incluido nuestro gran amigo Humberto Solás —en el seno de mi casa se discutieron algunos de los grandes aportes de Humberto a la cinematografía cubana— y, desde luego, para siempre y hasta el final, Santiago.

Quisiera decir, porque es un deber decirlo, que Lázara —quien fue un gran amor de Santiago, un amor humano y un amor de entrañable complicidad en el orden creativo—, se empeñó en preservar su obra. Porque Cuba por ser un país joven, es también, me pesa decirlo, un país en que a veces, con una nube negra, entran los grandes olvidos y hay que preservar del olvido la memoria de las grandes gentes. La única forma de preservarse de la muerte y del olvido, es la obra».

¿Cómo se preservó esa amistad entre usted y Santiago?

«Nos veíamos en muchas ocasiones, comentábamos algunos temas de la actualidad candente, de la Cuba del epílogo de su vida. Se conservó siempre como alguien a quien yo admiraba, desde abajo hacia arriba, alguien que era como una especie de superior, alguien que tenía una experiencia vivida que resultaba insuperable y un maestro a quien no había que imitar, sino que interpretar, y sobre esa base estaría lo más importante de su legado para los jóvenes que siguen hoy la huella de los grandes personajes del cine cubano».

¿Cómo describiría el cine cubano de hoy? 

«Es el cine de nuestro tiempo. Claro, cuando se ha vivido una gran época, uno vive para siempre prisionero de ella. A mí me gusta el cine muy independiente. Por eso, a veces, cuando algún mecenas, digamos así, custodia, financia o subvenciona una película, es inevitable que se traslade a ella un poco su punto de vista. 

»Por eso me ha gustado mucho, por ejemplo, el cine de Fernando Pérez. Porque, contrario a muchas opiniones, yo estoy tan interesado siempre en Cuba primero y en La Habana después; en Cuba en el mundo y en La Habana en Cuba; y La Habana no como una cosa absoluta, sino La Habana como summa cum laude⁷, de la realidad cubana. Suite Habana, por ejemplo, fue para mí una película deslumbrante porque es el elogio de la dignidad humana, o El Ojo del Canario, donde se revela la humanidad de Martí y con muy pocos medios se logra hacer una gran película, vi a muchos muchachos con lágrimas en los ojos en determinados momentos de esa obra y eso me recordó momentos inmortales del cine.

»He conocido a todos los protagonistas de la vanguardia actual, es decir, de los jóvenes actores hoy. El cine de hoy me parece muy interesante. Refleja las complejidades de la Cuba de hoy, que no es ya la Cuba que Santiago vivió, pero sí la que previó, porque él se dio cuenta de que todo cambia, pero que lo que no puede cambiar es la esencia de las cosas».

¿Vive así Santiago, en esa esencia?

«Yo creo que sí, para siempre». 

Lenia Sainiut: Tengo fe en el poder transformador del arte

Carlos Daniel Carrillo

Por: Ana María Domínguez Cruz

Resultó una tarde muy agradable aquella en la que pude conversar con la realizadora Lenia Sainiut. Confío en que Paula, su hija, se sienta orgullosa de la obra de su madre y, sobre todo, de ese afán constante por tocar la sensibilidad más profunda de cada ser humano.

Tenaz, emprendedora, sorteadora de obstáculos, y deseosa de servir de puente, si es preciso, para mostrar historias de vida que construyen a diario nuestro país. Dispuesta a no abandonar sus sueños y rodeada de un equipo de trabajo que la ha seguido en cada uno, a quienes agradece. Porque Lenia es noble, sencilla, modesta y talentosa.

“No podremos levantar un puente o una casa, pero podemos tocar las fibras de quienes pueden hacerlo”.

El pretexto para conversar fue Una manera de existir, documental suyo que mereció el Gran Premio en el XX Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in memoriam.

Aunque debes querer a todos tus documentales como hijos, ¿cuál de todos ha marcado más tu trayectoria?

Isla marcó un hito en mi carrera en muchos sentidos. Es un documental coral que me llevó a un espacio totalmente silenciado y que me confirmó las proyecciones que busco como realizadora de documentales.

Es la historia de una comunidad carbonera que nos asoma a una vida en silencio donde existen muchos conflictos, donde se muestra una Cuba muy profunda. Había que hablar de ellos, de lo que hacen, de la necesidad que tienen para ser mirados en pos de una mejor realidad. Isla me permitió confirmarme porque me sentí unida a una realidad de Cuba que quería dejar para provocar miradas hacia un pedazo del país que debe ser tomado más en cuenta.

¿Cuánto le agradeces a la Televisión Serrana?

Llevo 17 años en Televisión Serrana, desde 2006. Cambió mi vida, y todas las personas que han sido parte de este proyecto sienten lo mismo. Es una escuela desde lo profesional y para crecer humanamente. Cada documental que he hecho allí me hizo crecer como profesional. Amo Televisión Serrana y donde quiera que vaya expreso mi agradecimiento por haber tenido esa oportunidad.

Llegué a ella a través de sus documentales, como Paraísos Perdidos, Freddy y el sueño de Noel, La chivichana… Todos movieron hilos dentro de mí, cambiaron la visión que tenía de este país, y lo hicieron a través de la poesía, que es de las cosas que más amo. Nunca imaginé tener la oportunidad de integrarla y he sido fiel a su esencia, a esa mirada particular a Cuba desde la Sierra Maestra. Gracias a Daniel Diez Castillo, nuestro padre, que siempre quiso que fuéramos leales a la obra de Santiago Álvarez y mostrar los conflictos y sueños de quienes viven en esa zona del país.

¿Siempre apostarás por el documental?

Estoy enamorada del documental. Todo ser humano tiene un propósito. Empatía, uno de los más recientes, tiene como tesis justamente la búsqueda de esa respuesta. ¿Por qué estamos aquí? El documental es el género que defiende la realidad, que guarda un espacio necesario de memoria, y además le da voz al silencio.

“El documental es el género que defiende la realidad, que guarda un espacio necesario de memoria, y además le da voz al silencio”.

Siento que es un género urgente, pero en tiempos de crisis aun más. Cada nación necesita una mirada desde un género como este. He hecho ficción, pero defiendo el poder transformador del arte y desde obras de este género podemos lograrlo más. No podremos levantar un puente o una casa, pero podemos tocar las fibras de quienes pueden hacerlo. Es necesario que los realizadores tengan ese compromiso porque necesitamos apelar a las sensibilidades para transformar.

Muchos de los protagonistas de tu obra son mujeres…

La mujer es un tema recurrente en mi obra. Somos seres infinitos y merecemos una mirada. No lo digo por defender el feminismo a ultranza sino por la grandeza inmedible que vive en cada mujer.

Cuando llegué a Televisión Serrana percibí que la obra de allí reflejaba mucho más la presencia del hombre. Obviamente lo primero que se hizo fue documentar tradiciones y oficios a partir de los hombres. Puedo mencionar entre las obras fundadoras un documental de Rigoberto Jiménez, Cuatro hermanas, pero realmente sentí que la mujer no tenía la presencia en igualdad de condiciones. Comencé a buscar historias de mujeres porque en ese medio tan intensamente difícil para un hombre, para una mujer puede serlo aun más. No me equivoqué.

Las mujeres “somos seres infinitos y merecemos una mirada”.

En la serie Las hijas de Cibeles quise rescatar la memoria de mujeres de la tercera edad que poseían historias y valores que no podían perderse desde muchos ámbitos. La guardiana del jardín, ligada a la naturaleza; la guardiana del sustento, luchando por garantizar la economía familiar y la guardiana de la familia, las llamadas mujeres paridoras como mi abuela, que tuvo 13 hijos, que vivieron con su prole momentos únicos como el ciclón Flora, la guerra de Angola y siempre defendieron a su familia. Vivo enamorada de esas mujeres, y he trabajado con niñas, como en el documental El mundo de Carla, que vivía en Bartolomé Masó. Una niña que creó su mundo y que me permitió acercarme a sus ambiciones por un mundo mejor.

“En la serie Las hijas de Cibeles quise rescatar la memoria de mujeres de la tercera edad que poseían historias y valores que no podían perderse desde muchos ámbitos”. Foto: Tomada de Internet

Agradezco haber conocido a todas las mujeres que formaron parte de mi trabajo. Marielena es una mujer chivichanera, de las pocas mujeres que lo son en la Sierra Maestra. Enfrenta una realidad muy adversa… Todas esas historias nos muestran ese amor por la familia, esos valores que parecen perdidos en otros contextos. Ella vive en contra del viento. Yo trabajaba para un proyecto brasileño que se llamaba América Latina sobre ruedas. Me impresionó su valentía y descubrí después que su gran valentía era la de sobrevivir con un padre y un hijo enfermo, sola en esas batallas, y por eso sentí que tenía el viento en contra, también metafóricamente, porque la vida no le marcaba el paso a favor.

¿Por qué crees que el jurado del XX Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in memoriam le otorgó el Gran Premio a tu documental Una manera de existir?

Pienso que el jurado consideró que merecía el Gran Premio porque percibió que era una historia necesaria. Una manera de existir no posee grandes pretensiones. Su estructura más fuerte es la interna, lo que quiere decir y hacer sentir.

Me conmovió el premio porque ansío que esta obra tenga visibilidad. Que muchas personas lo vean.

Una manera de existir no posee grandes pretensiones. Su estructura más fuerte es la interna, lo que quiere decir y hacer sentir”. Foto: Tomada de Internet

Su protagonista es Antonio Fleites, un maestro jubilado. Me alegro de haberlo conocido, crezco con cada persona que conozco por mi obra. Representa a esos maestros de Cuba, como mi madre, y presenta a las personas mayores que necesitan una mirada para que su manera de existir sea otra. Es una mirada a la necesidad de una vejez digna en Cuba. No sólo es la historia de su vida, es también la historia de su niñez maltratada, la violencia de género que padeció su madre. Muchas realidades similares deben ser miradas con respeto, con amor, con dignidad plena… Esas personas que sostuvieron lo que hoy tenemos deben recibir un abrazo desde la acción, para que sientan que lo hicieron valió la pena y por eso merecen una vejez tranquila.

¿Qué quieres dejar como legado?

Tengo fe en el poder transformador del arte. Quisiera al final mirar hacia atrás y pensar que dejé algo bueno para la humanidad, para transformarla, despertando sensibilidades, guardando memorias. Lo mucho o poco que logre en la vida, que deje una huella en mi país.

“Crezco con cada persona que conozco por mi obra”.

Adoro el documental de observación, respeto mucho esa vertiente del género. Vengo del mundo de la literatura, de las letras, porque primero estudié Letras, soy filóloga, y luego me gradué de Dirección de Cine, Radio y Televisión. Antes, mi raíz viene de mi madre, que me hizo amar los libros, y ojalá mi hija, Paula, sienta ese mismo feeling.

Quiero que la poesía acompañe cada cosa que hago y que acompañe a los demás, para dejar algo bueno. Que pongamos el corazón en cada cosa que hagamos. Llevar la poesía a las imágenes es lo que encuentras en cada trabajo mío. Decir sin palabras, digamos. Trato siempre de encontrar belleza, una esencia que merece ser contada en cada uno de mis personajes.

Si se destinara un cine para proyectar documentales nuestros…

Sería hermoso. Se tendría un país vivo porque nos veríamos en ese cine. Los más jóvenes valorarían más el presente al ver el pasado. El tiempo es implacable y hay cosas que deben ser preservadas.

Defendemos la necesidad del documental, de ser estudiado, de ser rescatado del olvido. Es un género necesario, reitero: en las crisis urge que los artistas se hagan sentir más. ¿Dónde estamos los realizadores cubanos? ¿Realmente defendemos el país desde nuestras miradas? ¿Qué debemos hacer?

Coméntame de un proyecto entre manos…

Siempre llevo varios sueños a la par. Siempre intento echar a volar varias ideas, pero puedo comentarte de Camino a Cuba, en el que trabajo desde hace cinco años. Desde el documental, será mi primer largometraje. De manera independiente lo he llevado a la par de mi trabajo en la Televisión Serrana, porque se han requerido otros presupuestos.

Es una historia coral, son varios personajes que recorren o construyen caminos para reflejar un país. El camino siempre ha sido el símbolo de la vida. Una mujer en plena Sierra Maestra que hace caminos, una caminera, que nunca termina su labor. El lugar donde vive la obliga a hacer el camino cada día, y representa al cubano, que persiste y se reinventa. La historia de Rafael Lafargue, antiguo guardaespaldas de Fidel Castro, que transita desde la casa natal del líder histórico de nuestra Revolución hasta el cementerio Santa Ifigenia. Está la historia de Juan Luis Serrano, un amigo que se fue hace 20 años de Cuba y se ha construido una pequeña Cuba en Miami. Su camino lo ha trazado en cada uno de esos viajes que emprende anualmente de allá para acá y de aquí para allá…

“Mi esencia es dejar mi legado en aras de transformar, en la medida de lo posible, la Cuba nuestra”.

El proyecto ganó el apoyo del Fondo de Fomento del Cine Cubano en su primera convocatoria y otras ayudas que hemos podido congeniar, y agradezco a mi productora Yamila Marrero. Ha sido un camino difícil, pero ha sido de constante aprendizaje y de mucho amor.

Una vez más he confirmado que mi esencia es dejar mi legado en aras de transformar, en la medida de lo posible, la Cuba nuestra.

Tomado de la revista cultural cubana La Jiribilla

El cine documental cubano… desde el espacio del Cine Club

Carlos Daniel Carrillo

“El cine documental cubano siempre ha sido revolucionario, en el amplio sentido de la palabra. Desde sus presupuestos estéticos y éticos lo ha sido, y después de 1959, además, ha acompañado a las voces menos visibilizadas y al proceso social en sí. Ha sido un cine de vanguardia, aun cuando no pocos temas de nuestra realidad poco o nada se abordaron en un momento y hoy emergen, desde distintos puntos de vista”.

Así se expresó el cineasta e investigador Jorge Luis Sánchez durante el conversatorio que reabrió las puertas de La Casa del Festival en La Habana para retomar su espacio mensual Cine Club Festival, el pasado viernes 31 de marzo.

Cada encuentro, guiado por una temática específica dentro de nuestro cine, incluirá también una proyección. En esta ocasión fue elegido el documental Una manera de existir, de Lenia Sainiut, producido por la Televisión Serrana y merecedor del Gran Premio en la XX edición del Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam.

Jorge Luis Sánchez, autor de los libros Movimiento cubano de cine documental (Ediciones Icaic, 2009) y Romper la tensión del arcoMovimiento cubano de cine documental (Ediciones Icaic, 2010), es además un connotado realizador de obras de este género (Dónde está CasalEl FanguitoLas sombras corrosivas de Fidelio Ponce, aúnNunca será fácil la herejíaDentro de cincuenta años y Cero en conducta, entre otros), así como de largometrajes de ficción (El BennyCuba LibreIrremediablemente juntos y Buscando a Casal).

Fundador de la Federación Nacional de Cine Clubes de Cuba, Jorge Luis Sánchez prefirió hacer una especie de viaje desde el pasado y hasta el presente para recordar hitos del documental en el país, figuras representativas del género y reflexionar en torno a las demandas que el público posee en la actualidad, con respecto a la producción y la existencia de espacios para la proyección de obras de este tipo. 

En una entrevista fechada en 2014, quien también presidiera la Muestra de Cine Joven del Icaic durante 8 años, expresó que “a pesar de existir el Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam, donde mejor salud tiene ahora mismo el documental cubano es en la Muestra Joven del Icaic (…) porque este es un género que no se puede asumir con cansancio, tiene que ser una revelación, tiene que existir una gran pasión, una realidad que te sacuda para expresarla desde el punto de vista documental. Al parecer son los más jóvenes los que están al frente en estos momentos. También está el ejemplo de Suite Habana en que Fernando Pérez, un cineasta reconocido, nos entregó este filme magnífico. Su talón de Aquiles está en su exhibición, que no llega al público como debe llegar para ser apreciado como merece”.

Justamente durante el conversatorio se insistió en la necesidad de crear y mantener un espacio que permita exhibir la documentalística cubana, no ya sólo la televisión que, en definitiva, coloca determinadas obras en su programación, según intereses de otra índole.

“El cine documental cubano siempre ha sido revolucionario, en el amplio sentido de la palabra. Desde sus presupuestos estéticos y éticos lo ha sido, y después de 1959, además, ha acompañado a las voces menos visibilizadas”.

El pedagogo —siendo esta su primera disciplina estudiada— abundó en el cine documental cubano antes de 1959, mencionando a Jocuma o El Cabo de San Antonio (1955) y La cooperativa del hambre(1957), de José A. Sarol. De manera especial, se refirió a El Mégano con estas palabras: “realizado por Julio García Espinosa con la colaboración de Tomás Gutiérrez Alea, quienes además fueron sus guionistas junto a José Massip, digamos que es el principal antecedente de un cine con conciencia social y artística, por su carácter surrealista, para lo que se hizo después de 1959”.

Luego agregó “Esta tierra nuestra, de Tomás Gutiérrez Alea; La vivienda y Sexto aniversario, de Julio García-Espinosa; y Construcciones rurales, de Humberto Arenal, son ejemplos de esa obra inicial como parte de un proceso que quería mostrar el sentir del pueblo al calor de lo que se construía y no dejar de recoger los sucesos y hechos del mundo contemporáneo. Posteriormente el Noticiero Icaic Latinoamericano narraba los principales acontecimientos en el país y en el extranjero, por iniciativa de Santiago Álvarez, quien ha trascendido como un referente imprescindible del cine documental cubano, aunque no el único”.

Sánchez mencionó además a Oscar Valdés, a Nicolás Guillén Landrián, a Bernabé Hernández, a José Massip, a Humberto Solás, a Héctor Veitía, a Octavio Cortázar y a Sara Gómez, y justo hubiera sido que también nombrara a Néstor Almendros, a Manuel Octavio Gómez, a Rogelio París, a Sergio Giral, a Alejandro Saderman,a Enrique Colina, entre otros muchos.

“Fueron osados… —añadió—. Aquellos primeros documentales de nombres que hoy son referencia obligada en nuestro cine fueron atrevidos, arriesgados. Ellos, sus directores, se arriesgaron en lenguajes y elementos cinematográficos a partir de lo que los estándares clasifican como defectos, quizás. Muchos críticos etiquetaron la década del 60 en Cuba como la época de oro del documental cubano, y hasta cierto punto es lógico porque los inicios siempre son marcadamente atrevidos, además de que el contexto condiciona inquietudes creativas distintas. Sin embargo, los años 70, 80, 90 también reúnen obras importantes, tanto en formato de cortometrajes como de largometrajes”.

En poco tiempo es imposible hablar con toda la profundidad requerida sobre la obra cubana en torno al documental y a sabiendas de ello, Sánchez intentó no omitir lo más representativo, “como Suite Habana, donde Fernando Pérez mezcló magistralmente también los códigos estéticos del cine de ficción, y que merece ser analizada en tanto marcada obra de autor”.

Quien se iniciara en el Icaic como asistente de dirección en filmes como BaraguáClandestinosUn señor muy viejo con unas alas enormes y El verano feliz de la señora Forbes, dedicó unos minutos en su conversatorio a hablar de la Televisión Serrana, “apurándome en el tiempo, obviando tantas cosas, pero consciente de su importancia aunque no la mencione”.

Partiendo de esa herencia de Santiago Álvarez es que surge en la década del 90 este proyecto que, aunque se denomina televisión, mucho ha apoyado la realización de documentales para cine, a partir de la iniciativa de Daniel Diez. “Es una consecuencia o una continuidad del legado de Santiago, con una línea propia de trabajo y reafirmándose como el canal identitario más poderoso que esa comunidad del Oriente cubano posee”.

Es la Televisión Serrana la voz de una región, y se empeña en acompañarla en sus procesos sociales, económicos, artísticos y en general, existenciales. “Ha sido un acertado proyecto que tendrá mucho que contar a lo largo del tiempo”, concluyó Jorge Luis Sánchez

“Es la Televisión Serrana la voz de una región”.

Antes de la proyección del documental Una manera de existir, el cineasta Pablo Massip deseó enfatizar en aquella producción documentalística que ha aportado tanto a la obra del género en el país desde los Estudios Cinematográficos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (ECITVFAR), los Estudios Cinematográficos de la Televisión e incluso la Cinematografía Educativa del Ministerio de Educación (Cined), que hasta los años 90, eran los otros productores mayoritarios de documentales en Cuba. “No solo hubo didactismo en esos trabajos, y buenos ejemplos los tenemos con Ernesto Daranas y Alejandro Gil, que partieron de esas experiencias y que hoy muestran una obra artística importante”. Asimismo, compartió su preocupación en torno al hecho de que no pocos de las nuevas generaciones desconocen gran parte del cine cubano, o solo conocen la que, quizá, es la más mencionada o referida. Tomó como ejemplo una vivencia personal que lo inundó de gran asombro al encontrarse a una persona que desconocía, por ejemplo, El Ñame, de Enrique Pineda Barnet.

“Eso es lo que sucede cuando, entre otras razones, no disponemos de un espacio fijo para la difusión de toda la obra cubana en cuanto al género documental. Un cine cualquiera que pueda elegirse puede convertirse en ese espacio, y producción cubana hay suficiente para que la cartelera se mantenga viva. Tanto se ha hecho en materia de documental en el país que merece ser visto y aprendido, además de lo que va haciéndose en la actualidad”.

El público asistente disfrutó entonces durante 33 minutos del documental acreedor del Gran Premio en la XX edición del Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam, que a la razón del jurado (Alejandra Guzzo, de Uruguay, como presidenta, y los otros dos miembros: Roberto Rivero Ramos y Luis Abel Oliveros, ambos de Cuba) lo recibe “por la sensibilidad con la que aborda una historia de vida singular, que ocurre en las montañas de la Sierra Maestra, y por la particular agudeza con la que construye un documental a partir de un testimonio, haciendo uso de la riqueza del lenguaje audiovisual…”.

Enhorabuena vuelve el espacio mensual Cine Club Festival en La Casa del Festival en La Habana.

Tomado de La Jiribilla

XVIII Festival

Carlos Daniel Carrillo

El XVIII Festival Internacional de Documentales Santiago Alvarez in Memoriam está próximo a celebrarse del 6 al 12 de marzo del 2020. Esta edición estará dedicada a la cinematografía de Canadá y Quebec.

Se recibieron un total de 170 obras de 15 países. De ellas 19 estarán en competencia, mientras otras veinte obras formarán parte de la Muestra Informativa. Desde el comienzo del Festival se realizará en conjunto a la exhibición de documentales en competencia y la muestra informativa, un seminario teórico, donde participarán personalidades de la cultura cubana e internacional. En el seminario se desarrollará un intercambio, según los temas propuestos entre los conferencistas, estudiantes y población en general. De igual manera se organizará un homenaje a personalidades de la cultura cubana. Además se realizará la acostumbrada visita a sitios de importancia histórica y cultural de la provincia de Santiago de Cuba. La jornada El Festival en los barrios, consiste en un encuentro de los participantes del Festival a alguna comunidad seleccionada y lejana del centro de Santiago de Cuba, facilitándole a los locales un conocimiento sobre el evento, así como un intercambio social y cultural lo cual incluirá obras importantes del cine documental, así como noticieros de Santiago Álvarez.

Santiago Alvarez en Mexico

Carlos Daniel Carrillo

 

 

 

 

 

En la tarde del 12 de noviembre fue inaugurada en la Cineteca Nacional de la Ciudad de México una exposición de fotografías y carteles dedicados al cineasta cubano Santiago Álvarez en su centenario.

Las palabras de apertura estuvieron a cargo del señor Guillermo Vaidovits, Coordinador del Sector Académico de la Cineteca, quien expresó la importancia del evento y agradeció a la Oficina Santiago Álvarez del ICAIC por la colaboración al éxito de la exposición. También el señor Nelson Carro, Director de Difusión y Programación de la Cineteca destacó la proyección de treinta Noticieros ICAIC restaurados, donde el público mexicano tiene el privilegio de disfrutar obras de gran valor histórico hasta finales de este año. Entre las asistentes se encontraban el señor Carlos Sánchez Director, General en MotZorongo.tv y su esposa Idalmis del Risco, Directora y Productora de Cine y TV en MotZorongo.tv, Alberto Hijar, Investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, la señora Susana Cato, Periodista y Escritora, el señor Armando Ponce, Director de Cultura de la revista Proceso, la Documentalista Saudhí Batalla, el señor Joel Ortega Escritor y Periodista así como también estudiantes y público en general.

Constelación FAC

Carlos Daniel Carrillo

FABRICA DE ARTE CUBANO, centro cultural multidisciplinario, inauguró este 25 de octubre su CONSTELACIÓN FAC, homenaje permanente a diversos artistas de la Isla que nutren con su legado el extenso y heterogéneo follaje de la cultura nacional. Gradualmente, FAC irá sumando nombres trascendentales a su firmamento, con la aspiracion de rendir culto a significativas personalidades del pasado y el presente del arte en Cuba. Sirva esta constelación FAC para reverenciar la excelencia, el talento y la creatividad de figuras imprescindibles para la historia de la cultura nacional.

Santiago Álvarez resulta uno de nuestros más versátiles cineastas. Hizo de su documentalística una obra viva, experimental, atractiva y visualmente revolucionaria, en sintonía con todo tipo de gustos.

Estos postulados Fabrica de Arte los maneja en cada una de sus presentaciones y exhibiciones. Funcionan como parte de nuestro engranaje de forma natural y devienen, quizá, en variable de más peso a la hora de brindar este homenaje. El artista siempre se adelanta a su época entendiendo que cada periodo tiene particularidades irrepetibles y es este precepto lo que nos mantiene ligados a su quehacer.

Lo admiramos desde este presente, sin tratar de emular su militancia y sus preocupaciones; sin entender siquiera –dentro de su personalidad modesta-, si se hubiera sentido cómodo dentro de nuestra linda estrella; mas entendiendo la importancia de perpetuar su impronta y mostrársela a los jóvenes de hoy, como parte de nuestro cielo particular, en esta constelación que aplaude sobre todo la manifestación máxima de ser cubano.  

 

Envíanos tu proyecto de documental

Carlos Daniel Carrillo

¿Tienes un documental todavía en proyecto? Envíalo a nuestro Festival.

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Santiago Álvarez en Fábrica de Arte Cubano

Carlos Daniel Carrillo

El próximo 12 de noviembre, Fábrica de Arte Cubano acogerá en La Habana la presentación del proyecto Cine para no olvidar: 100 años de Santiago Álvarez.

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Presentan en Santiago de Cuba Cine para no olvidar: 100 años de Santiago Álvarez

Carlos Daniel Carrillo

Santiago Alvarez merece el homenaje perenne y en toda Cuba por su obra, al igual que Fidel Castro por ser artífice del documental en la Revolución, afirmó hoy aquí Lázara Herrera, colaboradora del genial cineasta.

(Tomado de Prensa Latina)

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10 películas que, casi seguro, van a estar en los premios Oscar 2019

Carlos Daniel Carrillo

Algunas ya han pasado por festivales, otras no… pero ya sea por sus directores, sus actores o lo que cuentan, es casi seguro que estas películas van a estar nominadas a algún Oscar. 

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