Oriki para Bola de Nieve, dirigido por Lourdes de los Santos, forma parte del concurso del 21 Festival Santiago Álvarez
Casi desde el surgimiento mismo del cine, la imagen filmada tuvo un carácter documental que con el tiempo devino recurso antropológico por derivación de su legado o por un ejercicio apriorístico consciente y voluntario. Por lo cual, el registro en celuloide primero, y con preferencia en video desde las últimas décadas, adquiere la capacidad de trascender como reservorio primordial invaluable, en el interés de proteger y perpetuar la memoria cultural de una nación.
La cultura cubana es grande por su riqueza intrínseca y su indiscutible mestizaje. Los distintos componentes socioétnicos que le dieron origen y la continúan alimentando la han hecho fuerte y poseedora de un legado interminable, donde abundan nombres de repercusión internacional como José Martí, José Raúl Capablanca, Kid Chocolate, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Rita Montaner, Tomás Sánchez, Ana Mendieta o Wifredo Lam.
Para rendir homenaje a una figura emblemática de la música en Cuba, la documentalista Lourdes de los Santos asume el guion y la dirección de Oriki para Bola de Nieve (2023), obra concursante en el 21 Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam, como forma de actualizar y darle presencia a quien fue nombrado al nacer Ignacio Jacinto Villa Fernández, y a quien el destino condenó a un alias bajo el cual se haría mundialmente famoso: Bola de Nieve. De él habría que hablar siempre, no sé si poniendo ante todo ciertos apelativos con los cuales también se identificaba su persona: negro, gordo, homosexual, santero. Tal como suena, no hay modo de pronunciar cada uno de esos rasgos sin sentir la huella del desprecio social que sufrió de un modo u otro, desde niño. Para mí valdría mejor presentarlo como un talento irrepetible, artista embrujado y fascinador, piano-man, compositor, chansonnier, pianista acompañante, un poco showman también, cuya personalidad y actividad artística compendia lo más auténtico de cualquier posible cubanidad, para los años y el contexto en que le tocó crecer y crear.
Algunas de sus facetas y características personales son recordadas en el documental de De los Santos, a través de entrevistas a Raquel Villa, Nancy Morejón, Miguel Barnet, Ramón Fajardo, Miriam Escudero, Rafael Lam, Pedro de la Oz, Santos Toledo, Ciro Bianchi, Huberal Herrera y Dayana Natacha Romero.
El registro fílmico más completo hasta ahora producido para exaltar la carrera de Ignacio Villa es, sin dudas, Bola de Nieve. El gran gentleman (2003), dirigido por el español José Sánchez-Montes en coproducción con el ICAIC. Aquella obra, mucho más extensa y prolija que la reeditada en 2023, recoge los testimonios de Nisisa Güero, Miguel Barnet, Esther Borja, Luis Carbonel, Harold Gramatges, Helio Orovio, Rogelio Paris, Miriam Ramos, Lázaro Ros, Domingo Villa y Raquel Villa. El intelectual Roberto Zurbano funge como guía eventual, que encauza el recorrido de aproximadamente una hora y cuarto en torno a la vida del músico, muerto todavía joven en 1971, a la edad de sesenta años.